miércoles, 30 de mayo de 2007

Ricardo Flores Magón

Con solo mecionar tan distinguido nombre retumban los palacios del explotador, teme la justicia parcial, escondiendose el cacique, el tirano y todos aquellos quienes por siglos han azotado el cuerpo del proletario y campesino. Por lo mismo creo muy conveniente presentar los siguientes textos que son patrimonio de la humanidad pues por ellos existe el ideal de Justicia libertad y democracia. Recuerden aún estamos en construccion este sitio mejorara en base a su participación. escriban al correo: Jovenesdp@gmail.com

CADA QUIEN SU CLASE

"Proletario: duélete de tu propia condición. Tus hijos anémicos, canijos, mugrientos, reclaman tu atención.
Tu compañera sufre, casi siempre en silencio; las consecuencias de tu docilidad para tus verdugos.
Tú eres el culpable de que tus hijos tengan hambre; sobre tu conciencia debe pesar el dolor y la desventura de los tuyos.
Sí, tú eres el culpable porque desprecias a los de tu clase y admiras, sigues, aplaudes y vitoreas a los ricos, a los que brillan por el oro que han amontonado con tu sudor.
De esa manera como tu mismo forjas las cadenas que te hacen esclavo.
Rebélate proletariado; pero rebélate con los tuyos, quienes como tú, tienen las manos encallecidas por el trabajo y las espaldas encorvadas por las duras tareas.
Mas no te rebeles así como quiera.
No seas fuerza ciega, sino esfuerzo consciente.
Ataca, incendia, derriba, destruye, reparte la muerte.
Llevando en tu cerebro la idea por tu clase, de que vas a emancipar tu clase, de que vas a destruir el derecho de propiedad individual para que la riqueza no siga por más tiempo siendo el patrimonio exclusivo de los ricos y de los intelectuales, esto es, de los hombres de estudios.
Únete a las filas del Partido Liberal Mexicano.
Rechaza indignado a todos aquellos que traten de decirte a que sigas a Madero, porque óyelo bien: Madero es un verdugo, es el verdugo de clase.
Madero es rico y no piensa sino en aumentar su riqueza.
Ayer hizo millones explotando a tus hermanos en sus haciendas.
Ahora quiere hacer millones con la sangre de los humildes.
Despierta, proletario: llama a la vergüenza en tu auxilio.
¿No te sientes humillado ante la altanería del rico?
Te roba el producto de tu trabajo y se mofa de tu mugre y de tus andrajos.
Para el rico tu no eres el creador de la riqueza y del lujo que él goza, sino un "pelado".
Tú haces sus palacios, y si te atreves a llegar a ellos, llamará a la policía para que te lleve a la cárcel.
Tú levantas sus cosechas, más debes cuidarte de rondar por sus almacenes porque puedes morir de un balazo o ir a para a la cárcel.
Tú fabricas las ricas telas y los confortables muebles y tapices que no son para tu compañera ni para tus hijos.
Tú haces todo lo que contribuye a que la vida se más agradable, arreglas los paquetes, construyes y pules las carreteras, compones las calles, tiendes los rieles, haces las casa para tener que pagar tú mismo por habitarlas.
En fin, lo hace todo, todo sale de tus manos creadoras.
Sin embargo, no ganas más que lo estrictamente necesario para que medio repongas las fuerzas perdidas para seguir creando riquezas, riquezas, riquezas.
Obteniendo, para ello el desprecio de los que te explotan; pues para ellos no eres otra cosa que un "plebeyo", un ser de condición inferior, perteneciente al populacho y a la canalla.
Rebélate, indignado, hermano. Ve a tomar las armas; pero no con tus verdugos, no con Madero, sino con tus hermanos los miembros del Partido Liberal Mexicano.
Madero quiere que sigas trabajando como hasta aquí pues la revolución de él solamente beneficia a los hombres de clases encumbradas.
Rebélate con la resolución inquebrante de tomar posesión de la tierra y de los instrumentos de trabajo, para el beneficio de todos.
Recuerda que la tierra vino a quedar en poder de unos cuantos por medio de la conquista, esto es, de la violencia, y por otros medios más o menos malos como el robo, el fraude, la astucia, el agio.
Los que no la obtuvieron por alguno de estos medios la compraron o la recibieron por herencia, si la compraron lo hicieron con el dinero que representaba el sudor de la clase trabajadora.
No es un robo lo que vamos a cometer los liberales mexicanos, sino un acto de justicia, el más hermoso que ha contemplado los siglos, el más sublime de que han sido testigos las edades.
Compañeros: empujad a vuestros compañeros a que trabajen por la felicidad de la familia.
Es una vergüenza que en este siglo haya pobres y ricos, La ciencia ha venido a descubrir que todos somos iguales; que todos, por lo mismo, tenemos derecho de vivir.
Para conquistar este derecho debemos tomar posesión de la tierra y de la maquinaria y no trabajar más para los amos".
(De Regeneración)
13 de mayo de 1911

MUERA EL ORDEN
"¡Ah, el orden! Así gimen en estos momentos, todos los partidos de lo que se llama orden.
El orden es para esas pobres gentes que sólo puede subsistir estando la humanidad sometida a la férula del polizonte, del soldado, del juez, del carcelero, del verdugo y del gobernante.
Pero eso no es el orden.
Yo entiendo por orden; armonía, y la armonía no puede existir mientras haya sobre la superficie del planeta seres humanos que tienen qué comer en abundancia, y seres humanos que no tienen un pedazo de pan que llevarse a la boca.
Si todas las cosa estuvieran bien arregladas, si toda criatura humana tuviera qué comer, tuviera dónde resguardarse de la intemperie sin tener que pagar alquiler de casa, en una palabra, si todos tuvieran lo necesario para vivir con decencia y sin incertidumbre por el porvenir, entonces no habría nadie que se atreviera a decir: yo soy más que tú, ¡obedéceme!
Entonces habría orden porque habría armonía.
Nadie tendría que disputar a otro, nadie tendría envidia a nadie.
Todos seríamos hermanos y saldrían sobrando el polizonte, el soldado, el juez, el carcelero, el verdugo y el gobernante.
Saldrían sobrando porque conquistada la armonía entre los seres humanos por la conquista de la libertad económica el parasitismo de los funcionarios públicos no tendrían ya razón de ser.
Los funcionarios públicos no son, como se cree, los guardianes del orden.
El orden, que es la armonía, no necesita guardianes, precisamente porque es orden.
Lo que si necesita guardianes es el desorden, desorden escandaloso, vergonzoso y humillante para los que no nacimos para esclavos, es el que reina en la vida política y social de la humanidad.
Desorden es que una clase social pese sobre otra clase social, pues no debe existir más que una sola clase; la de los productores, esto es, la de los trabajadores.
La humanidad se convertirá en clase trabajadora, cuando la tierra y la maquinaria pertenezcan a todos, pues entonces todos tendrán que trabajar para comer.
Para mantener el desorden, esto es, para mantener la desigualdad política y social, para mantener los privilegios de la clase alta y tener sometida a la clase baja, es para lo que se necesitan los gobiernos, los carceleros, los jueces, los verdugos y toda una caterva de altos y pequeños funcionarios que chupan las energía de los pueblos de la tierra.
No es para proteger a la humanidad para los que existen esos funcionarios, sino para tenerla sometida, para tenerla esclavizada en beneficio de los que se han dado maña para retener hasta hoy la tierra y la maquinaria.
¡Ah, el orden! Así gimen en estos momentos los partidos del desorden, esto es, los partidarios de la desigualdad social y política de la especie humana.
No; el desorden no es la esclavitud de una parte de la humanidad por otra parte de ella, sino la libertad de toda la especie humana,
Al orden burgués, los mexicanos contestamos con nuestra rebeldía.
Contra ese orden gritamos: ¡muera el orden! Porque es un orden que maniata la libre iniciativa del ser humano, porque es un orden del cuartel o de presidio.
MUERA EL ORDEN
(De Regeneración)
3 de junio de 1911

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